Una mañana como cualquier otra…
Diana empacaba sus cosas, decidida a comenzar de nuevo…
Mamá. –Estás segura de esto? (triste)
Diana. –Sí mamá no te preocupes, ni que me fuera a la guerra…
Mamá. –Es que… está tan lejos… y ¿si necesitas algo?
Diana. –Mamá está a 25 minutos de aquí, puedes ir cuando quieras, y no olvides que voy a estar con mi prima… (Tratando de aminorar la tristeza de su madre)
Mientras tanto en otro lugar de la ciudad…
Los jugadores de las chivas entrenaban para su próximo partido
Entrenador. –Vamos chicos! (los animaba) necesito velocidad!! Omar! No creas que no te estoy observando córrele!!
Omar. –Estoy súper cansado (se quejaba)
Michel. –Seguro que te fuiste de fiesta verdad… otra vez… (Sarcástico)
Omar. –Pues que querías… 2 meses con mi novia son para festejar (sonreía)
Pato. –Jaja huy si tu noviecita… que miedo me das (los chicos no ocultaban su desacuerdo con la novia de Omar) –Nada que ver con mi hermosa niña… (Cuando lo decía un brillo especial iluminaba su mirada)
Michel. –Hay si ustedes dos me dan escalofríos (se burlaba)
Omar. –Primero que nada dejen de hablar así de mi novia y en segunda… Mich. Algún día sabrás lo que es el amor y entenderás… (Antes de que pudiera decir algo más)
Entrenador. –Haber ustedes comadres! Dejen de platicar y córranle!! (Enojado)
(Los chicos asustados ante el regaño dejaron su plática para otro momento)
Al medio día Diana se estaba instalando en casa de su prima… se encontraba en el jardín cuando un auto se estacionó en la casa de al lado…
Diana. –Huy que auto (lo admiraba) –algún día tendré uno así… (Se perdió en sus pensamientos sin dejar de mirarlo lo que ocasionó que…)
Omar. –Se te perdió algo? (extrañado)
Diana. –Ah? (asustada) –es que yo… no, no se perdió nada (sonrió)
Omar. –A ok. (Sin tomarle mucha importancia caminó hacia su departamento)
Diana. (A sí misma) –Hay que oso (sonrojada) –eso me pasa por soñar despierta. Que tipo tan pesado voy a tener de vecino…
Marikarmen. –Con quién hablas?
Diana. –Con nadie… bueno conmigo… (Sin saber cómo explicarse) –bueno yo… yo…
Marikarmen. –Jaja, no te preocupes… pero vamos adentro la comida está lista.
Diana empacaba sus cosas, decidida a comenzar de nuevo…
Mamá. –Estás segura de esto? (triste)
Diana. –Sí mamá no te preocupes, ni que me fuera a la guerra…
Mamá. –Es que… está tan lejos… y ¿si necesitas algo?
Diana. –Mamá está a 25 minutos de aquí, puedes ir cuando quieras, y no olvides que voy a estar con mi prima… (Tratando de aminorar la tristeza de su madre)
Mientras tanto en otro lugar de la ciudad…
Los jugadores de las chivas entrenaban para su próximo partido
Entrenador. –Vamos chicos! (los animaba) necesito velocidad!! Omar! No creas que no te estoy observando córrele!!
Omar. –Estoy súper cansado (se quejaba)
Michel. –Seguro que te fuiste de fiesta verdad… otra vez… (Sarcástico)
Omar. –Pues que querías… 2 meses con mi novia son para festejar (sonreía)
Pato. –Jaja huy si tu noviecita… que miedo me das (los chicos no ocultaban su desacuerdo con la novia de Omar) –Nada que ver con mi hermosa niña… (Cuando lo decía un brillo especial iluminaba su mirada)
Michel. –Hay si ustedes dos me dan escalofríos (se burlaba)
Omar. –Primero que nada dejen de hablar así de mi novia y en segunda… Mich. Algún día sabrás lo que es el amor y entenderás… (Antes de que pudiera decir algo más)
Entrenador. –Haber ustedes comadres! Dejen de platicar y córranle!! (Enojado)
(Los chicos asustados ante el regaño dejaron su plática para otro momento)
Al medio día Diana se estaba instalando en casa de su prima… se encontraba en el jardín cuando un auto se estacionó en la casa de al lado…
Diana. –Huy que auto (lo admiraba) –algún día tendré uno así… (Se perdió en sus pensamientos sin dejar de mirarlo lo que ocasionó que…)
Omar. –Se te perdió algo? (extrañado)
Diana. –Ah? (asustada) –es que yo… no, no se perdió nada (sonrió)
Omar. –A ok. (Sin tomarle mucha importancia caminó hacia su departamento)
Diana. (A sí misma) –Hay que oso (sonrojada) –eso me pasa por soñar despierta. Que tipo tan pesado voy a tener de vecino…
Marikarmen. –Con quién hablas?
Diana. –Con nadie… bueno conmigo… (Sin saber cómo explicarse) –bueno yo… yo…
Marikarmen. –Jaja, no te preocupes… pero vamos adentro la comida está lista.