Obviamente la fiesta familiar no paró ahí, y Diana estaba encantada con toda la gente que la rodeaba.
Oswaldo. –Uno de estos días te voy a contar todo lo que hacíamos Omar y yo de chiquitos…
Lidia. –Hay… que días de estrés…. ¡!!! No paraban ni un minuto!
Omar. –Tan poco es para tanto…
Lidia. –Omar era un travieso! Regresaba de la escuela y no se aparecía hasta la noche
De repente… ella era una celebridad… todos querían conocer a la novia del hijo pródigo de la familia
Griz. –Hola! Tú debes ser la mundialmente famosa Diana
Diana. –jeje si. xD
Griz. –Yo soy Griz, amiga de la familia desde hace mucho tiempo. Cuando quieras te puedo mostrar la ciudad, hay unos lugares hermooosos aquí. (Pero alguien la interrumpió)
Omar. –Creo que eso me toca a mí, así que será en otra ocasión.
Griz. –Nooo seas mala onda!! Al menos una vez…
Omar. –…Lo pensaré…. Jaja No es cierto (En tono de burla) –Que bueno que ya se conocen (Abrazó a Diana por la cintura) –Y… que te parece?
Griz. –No lo sé… tengo que saber más… pero hasta ahora todo bien
Omar. –Hay si tu… (Cuando alguien más se sumo a la plática)
Oswaldo. –Diana, cuando quieras conocer la ciudad me avisas y salimos todos juntos
Griz. –De eso hablábamos
La fiesta se alargó todo el día y por la noche…
Lidia. –Hijo deberías llevar a Diana a la feria, o a la plaza. En la noche se pone muy bonito.
Omar. –Si le voy a decir… aunque la verdad estoy un poco cansado…
La fue a ver a su habitación, pero la encontró profundamente dormida. Se acercó… la arropó y solo le susurro al oído –Te amo.
Lo que casi hizo que Diana abriera los ojos unos segundos. –Y yo a ti…
Omar. (Sonrió) –Oye…
Diana. –Qué?
Omar. –Sabes que nunca diría esto sin sentirlo verdad?
Diana. –Yo tampoco lo diría. Pero eso siento
Omar. –Te veo mañana (Le dio un beso y salió de la recámara)
El amanecer del día siguiente, hizo que el sol entrara por las ventanas iluminando todo a su paso.
Lidia. –Muy bien, a preparar el desayuno
Diana ya estaba despierta y se encontró a la mamá de Omar por el pasillo
Lidia. –Buenos días Diana, en un momento preparo el desayuno.
Diana. –A bueno, entonces yo le ayudo (la siguió hasta la cocina)
Lidia. –Que prepararemos… a ¡Ya sé! (Le fue dando indicaciones hasta que todo quedó completamente listo) –Cocinas muy bien…
Diana. –No tanto como usted
Lidia. –Ahora sí! Podrías ir a despertar a Omar? Por lo visto, aún no se acostumbra a levantarse temprano…
Diana. –Sí claro (Cuando llegó tocó la puerta) –Omar? Ya está listo el desayuno.
Omar. (Con las sábanas en la cara) –Ya voy….
Ya que estaban todos en la mesa
Omar. –Bueno, y que es lo que vamos a hacer el día de hoy… (Pensaba)
Lidia. –Lo que sea menos quedarse atrapados en la casa.
Omar. –No!, ya sé a dónde vamos a ir! (Como si tuviera un foco encendido en la cabeza)
Oswaldo. –Uno de estos días te voy a contar todo lo que hacíamos Omar y yo de chiquitos…
Lidia. –Hay… que días de estrés…. ¡!!! No paraban ni un minuto!
Omar. –Tan poco es para tanto…
Lidia. –Omar era un travieso! Regresaba de la escuela y no se aparecía hasta la noche
De repente… ella era una celebridad… todos querían conocer a la novia del hijo pródigo de la familia
Griz. –Hola! Tú debes ser la mundialmente famosa Diana
Diana. –jeje si. xD
Griz. –Yo soy Griz, amiga de la familia desde hace mucho tiempo. Cuando quieras te puedo mostrar la ciudad, hay unos lugares hermooosos aquí. (Pero alguien la interrumpió)
Omar. –Creo que eso me toca a mí, así que será en otra ocasión.
Griz. –Nooo seas mala onda!! Al menos una vez…
Omar. –…Lo pensaré…. Jaja No es cierto (En tono de burla) –Que bueno que ya se conocen (Abrazó a Diana por la cintura) –Y… que te parece?
Griz. –No lo sé… tengo que saber más… pero hasta ahora todo bien
Omar. –Hay si tu… (Cuando alguien más se sumo a la plática)
Oswaldo. –Diana, cuando quieras conocer la ciudad me avisas y salimos todos juntos
Griz. –De eso hablábamos
La fiesta se alargó todo el día y por la noche…
Lidia. –Hijo deberías llevar a Diana a la feria, o a la plaza. En la noche se pone muy bonito.
Omar. –Si le voy a decir… aunque la verdad estoy un poco cansado…
La fue a ver a su habitación, pero la encontró profundamente dormida. Se acercó… la arropó y solo le susurro al oído –Te amo.
Lo que casi hizo que Diana abriera los ojos unos segundos. –Y yo a ti…
Omar. (Sonrió) –Oye…
Diana. –Qué?
Omar. –Sabes que nunca diría esto sin sentirlo verdad?
Diana. –Yo tampoco lo diría. Pero eso siento
Omar. –Te veo mañana (Le dio un beso y salió de la recámara)
El amanecer del día siguiente, hizo que el sol entrara por las ventanas iluminando todo a su paso.
Lidia. –Muy bien, a preparar el desayuno
Diana ya estaba despierta y se encontró a la mamá de Omar por el pasillo
Lidia. –Buenos días Diana, en un momento preparo el desayuno.
Diana. –A bueno, entonces yo le ayudo (la siguió hasta la cocina)
Lidia. –Que prepararemos… a ¡Ya sé! (Le fue dando indicaciones hasta que todo quedó completamente listo) –Cocinas muy bien…
Diana. –No tanto como usted
Lidia. –Ahora sí! Podrías ir a despertar a Omar? Por lo visto, aún no se acostumbra a levantarse temprano…
Diana. –Sí claro (Cuando llegó tocó la puerta) –Omar? Ya está listo el desayuno.
Omar. (Con las sábanas en la cara) –Ya voy….
Ya que estaban todos en la mesa
Omar. –Bueno, y que es lo que vamos a hacer el día de hoy… (Pensaba)
Lidia. –Lo que sea menos quedarse atrapados en la casa.
Omar. –No!, ya sé a dónde vamos a ir! (Como si tuviera un foco encendido en la cabeza)