El tema del novio de Lupitha quedó en el olvido por tanta tarea…
Diana. –Hoy si que tengo que estudiar (resignada) –Ya no voy a ver la novela (se dijo a sí misma con enojo)
Lupitha. –Yo estoy peor amiga (con varios libros en los brazos) –Tengo tarea de aquí a dos meses… y apenas estamos comenzando…
Diana. –Bueno pues me voy… tengo que llegar temprano a mi casa (se despidió)
Al llegar a casa Diana comenzó a buscar el juego de llaves que le había dado Marikarmen cuando no estuviera en la casa pero…
Diana. –Donde estarán esas llaves! (sin encontrarlas) –Hay no puede ser! (recordó) –Lás dejé en mi recámara!!
Mientras Omar llegaba a su casa después de entrenamiento… se percató de los esfuerzos que Diana hacía para abrir la puerta…
Omar. –Y a esta? (intrigado) –Que le pasará?
Mientras Diana luchaba con la puerta, la ventana… y todo lo que estaba a su alcance…
Diana. –Y ahora que hago (triste) –Mari sale hasta las 3! (miró su reloj que marcaba la 1:30)
Omar se bajó de su auto dispuesto a ayudar.
Omar. –Te puedo ayudar en algo?
Diana. (Volteó) –mmm lo que pasa es que no tengo mis llaves… (Apenada)
Omar. –Vamos a ver si puedo hacer algo… (fue por unas herramientas pero nada funcionó) –Parece que esta puerta no se abre si no es con las llaves
Diana. –Pues ya que… (Resignada) –Esperaré aquí afuera…
Omar. –Si quieres puedes esperar en mi casa… (Amable) –Si quieres… Por cierto olvidé presentarme (sonrió apenado) –Mi nombre es Omar Bravo (extendió el brazo hacia Diana)
Diana. –Yo soy Diana Laura Barrera (respondió al saludo sonrojada)
Omar. –Creo que ya nos habíamos visto… perdón por ser tan grosero…
Diana. –A no, no te preocupes, está bien…
Omar. –Pero por favor vamos a mi casa a tomar algo y me cuentas como olvidaste tus llaves…
En otra parte de la ciudad… en un café…
Regina. –Ahora sí me vas a decir lo que te pasa? (enojada)
Marcia. –Es Omar (con un gesto de fastidio) –No sé cómo terminar con él…
Regina. (Al escuchar la palabra “terminar” se exaltó notablemente, inclinándose en la mesa hacia Marcia) –Cómo que terminar?
Marcia. –Es que de plano no es mi tipo me estoy aburriendo demasiado…
Regina. –Mira Marcia (tratando de hacer que entrara en “razón”) –Sabes que nuestra situación económica no es muy buena, papá casi está en bancarrota y tu y yo estamos acostumbradas a una vida muy distinta a la que podemos tener… Omar sería la solución a todos nuestros problemas... (Cómo si hubiera dicho lo más inteligente en el mundo) –Ya averiguaste sobre las cuentas de banco?
Marcia. –Sí… parece que está ahorrando para su “futuro” (arrogante) –se muere por tener una familia… y tiene la herencia de sus padres que no es nada pequeña… (Sonriendo)
Regina. –Pues perfecto (como diciendo las palabras mágicas) –Te casas con el por bienes mancomunados, y luego lo mandas a volar… buscamos un buen abogado y lo dejas sin nada (extendió las manos sobre la cabeza) –Y listo… podremos vivir tranquilas…
Marcia. –No lo sé es tan… (Buscando la mejor palabra) –Perverso… pero no se cuánto tiempo más lo pueda soportar…
Diana. –Hoy si que tengo que estudiar (resignada) –Ya no voy a ver la novela (se dijo a sí misma con enojo)
Lupitha. –Yo estoy peor amiga (con varios libros en los brazos) –Tengo tarea de aquí a dos meses… y apenas estamos comenzando…
Diana. –Bueno pues me voy… tengo que llegar temprano a mi casa (se despidió)
Al llegar a casa Diana comenzó a buscar el juego de llaves que le había dado Marikarmen cuando no estuviera en la casa pero…
Diana. –Donde estarán esas llaves! (sin encontrarlas) –Hay no puede ser! (recordó) –Lás dejé en mi recámara!!
Mientras Omar llegaba a su casa después de entrenamiento… se percató de los esfuerzos que Diana hacía para abrir la puerta…
Omar. –Y a esta? (intrigado) –Que le pasará?
Mientras Diana luchaba con la puerta, la ventana… y todo lo que estaba a su alcance…
Diana. –Y ahora que hago (triste) –Mari sale hasta las 3! (miró su reloj que marcaba la 1:30)
Omar se bajó de su auto dispuesto a ayudar.
Omar. –Te puedo ayudar en algo?
Diana. (Volteó) –mmm lo que pasa es que no tengo mis llaves… (Apenada)
Omar. –Vamos a ver si puedo hacer algo… (fue por unas herramientas pero nada funcionó) –Parece que esta puerta no se abre si no es con las llaves
Diana. –Pues ya que… (Resignada) –Esperaré aquí afuera…
Omar. –Si quieres puedes esperar en mi casa… (Amable) –Si quieres… Por cierto olvidé presentarme (sonrió apenado) –Mi nombre es Omar Bravo (extendió el brazo hacia Diana)
Diana. –Yo soy Diana Laura Barrera (respondió al saludo sonrojada)
Omar. –Creo que ya nos habíamos visto… perdón por ser tan grosero…
Diana. –A no, no te preocupes, está bien…
Omar. –Pero por favor vamos a mi casa a tomar algo y me cuentas como olvidaste tus llaves…
En otra parte de la ciudad… en un café…
Regina. –Ahora sí me vas a decir lo que te pasa? (enojada)
Marcia. –Es Omar (con un gesto de fastidio) –No sé cómo terminar con él…
Regina. (Al escuchar la palabra “terminar” se exaltó notablemente, inclinándose en la mesa hacia Marcia) –Cómo que terminar?
Marcia. –Es que de plano no es mi tipo me estoy aburriendo demasiado…
Regina. –Mira Marcia (tratando de hacer que entrara en “razón”) –Sabes que nuestra situación económica no es muy buena, papá casi está en bancarrota y tu y yo estamos acostumbradas a una vida muy distinta a la que podemos tener… Omar sería la solución a todos nuestros problemas... (Cómo si hubiera dicho lo más inteligente en el mundo) –Ya averiguaste sobre las cuentas de banco?
Marcia. –Sí… parece que está ahorrando para su “futuro” (arrogante) –se muere por tener una familia… y tiene la herencia de sus padres que no es nada pequeña… (Sonriendo)
Regina. –Pues perfecto (como diciendo las palabras mágicas) –Te casas con el por bienes mancomunados, y luego lo mandas a volar… buscamos un buen abogado y lo dejas sin nada (extendió las manos sobre la cabeza) –Y listo… podremos vivir tranquilas…
Marcia. –No lo sé es tan… (Buscando la mejor palabra) –Perverso… pero no se cuánto tiempo más lo pueda soportar…